La generación de compuestos que producen olores desagradables es un resultado colateral y no deseado de múltiples procesos industriales y, en particular, ello ocurre con el gas sulfhídrico en las plantas de tratamiento de las aguas residuales.

En todos los casos se trata de una emisión cuya consecuencia sobre el ambiente (en concentraciones muy bajas) es el olor y éste afecta a quienes trabajan en la planta y, dependiendo de las condiciones de la atmósfera, también a la población cercana a la misma.  En el caso de las plantas de tratamiento de aguas residuales éstas emiten gas sulfhídrico cuyo olor, en concentraciones iguales o menores a 1 ppm, es percibido a través del olfato, por la mayoría de las personas.

Para controlar la propagación del olor emitido por la planta se recurre a variadas metodologías que atacan la emisión misma. Estas van desde la intervención en el propio proceso industrial para evitar la emisión del compuesto que genera el olor, hasta el cierre de toda abertura a la atmósfera para evitar la emisión del contaminante hacia la atmósfera.

Estas alternativas extremas no son las únicas posibles y, en general, económicamente suelen no ser viables. Por ello se abre un campo de aplicaciones de gran interés si se actúa no ya sobre la emisión del contaminante a la atmósfera sino únicamente sobre su propagación desde la planta a las zonas habitadas aledañas.  En esta sección se presenta la aplicación de la Tecnología SIS al control de la propagación de olores en los términos indicados precedentemente. La presentación que aquí se realiza se concentra en el caso (quizás el más frecuente) de las plantas de tratamiento de aguas residuales pero debe señalarse que posibilidad de aplicación de la Tecnología SIS a otros casos es posible y deberá examinarse específicamente.